PRESENTACIÓN DEL SEGUNDO TRAMO DEL EJE CICLISTA LOS LIRIOS – EL CUBO Y DE LA REFORMA DE AV. MURRIETA.


En línea con la candidatura a la Capitalidad Verde Europea se anuncian por fin en Logroño actuaciones importantes para avanzar en la transición modal favoreciendo el uso de medios de transporte más saludables y sostenibles, que recibimos con gran interés. En respuesta a la emergencia climática que causa los problemas sanitarios y ambientales que padecemos, llegan por fin a Logroño cambios sustanciales en la manera que tenemos de movernos, en nuestros desplazamientos y en la manera de entender la calle, tal como se están emprendiendo también en las principales ciudades del mundo.

Acostumbrarnos a no abusar tanto del coche cuando no hace falta y proteger a los medios saludables como caminar, la bici o el bus para apostar por ellos más a menudo y llegar antes y mejor más veces de las que a menudo se cree. El insostenible modelo de transporte actual es un factor clave en la calidad del aire que respiramos y un factor decisivo en el calentamiento global, causante de los desequilibrios en los ecosistemas, origen de pandemias como la actual. A falta de dinero y grandes obras, van llegando por fin actuaciones reclamadas durante largos años por urbanistas con visión de futuro y asociaciones ecologistas, peatonales y de movilidad, entre otras. Actuaciones de emergencia mediante “urbanismo táctico” que cambian los usos de la calle de forma inmediata. Como bien reclaman l@s más jovenes, lo que no podemos permitirnos es pretender volver atrás, a lo de antes que causaba los problemas que nos han traído hasta aquí.

Se trata de reequilibrar el injusto reparto del espacio público en la calle para la convivencia de la diversidad de usos, la visión de la ciudad con perspectiva de género, de las distintas edades y diversidad de capacidades. Hacer la calle más habitable desde la perspectiva de los niños, o la de las personas mayores, frente a la dominación absoluta a la que los coches, el ruido, su contaminación, su peligrosidad y agresividad someten al espacio público, como ya avanzaron con su ejemplo «Capitales Verdes» europeas como Oslo, Lisboa o, galardonada por ello en el año 2012 y sin ir más lejos, la vecina Vitoria – Gasteiz. Diseño urbano en supermanzanas que crea en su interior áreas de tráfico calmado que eviten atajos de velocidad y sirvan a los tránsitos de destino final y a crear zonas estanciales más agradables para residentes, servicios y comercio, en «calles de estar», frente a las “calles de pasar” exteriores, tal como las conocemos, que también tienen que readaptarse para atender todos los usos, promoviendo y protegiendo los más respetuosos con el medio ambiente, como la movilidad en bicicleta, la ciclologística o los vehículos eléctricos de movilidad personal. Ese es el propósito de este primer Eje Ciclista Este-Oeste para Logroño.

Nuevos usos que ya están cambiando y que hay que atender, y otros que hay que recuperar: la calle es mucho más que circulación y almacenamiento de propiedades privadas en el espacio público, la diversidad de sus usos mucho más amplia que lo que con el diseño desarrollista de las ciudades, entregadas en exclusiva a los coches y su impacto sobre la salud, la seguridad o el aire que respiramos, estábamos tan acostumbrados hasta ahora a considerar. O más bien a ignorar, como si no tuviera las consecuencias que ahora nos alcanzan.Como todo cambio de hábitos, requerirá grandes dosis de información, sensibilización y adaptación hasta que se logre incorporar sus beneficios para el bien común. No se trata de intereses sectoriales como algunos negacionistas nos quieren hacer creer, sino avances en beneficio de tod@s que ya no se pueden seguir retrasando y que hacen más ciudad.

Llegan por fin los cambios después de décadas de palabrería hueca vaciando el concepto «sostenibilidad», de planes paralizados, compromisos incumplidos y atraso acumulado por el abandono deliberado de políticas reales ante el cambio climático. Serán quienes no lo entiendan o no estén dispuestos a abandonar unos privilegios ya insostenibles los que más hostilmente reaccionen a los cambios – como el abuso irracional del coche, el mal hábito de la doble fila y el egoísmo del estacionamiento ilegal en destino, la prepotencia del automóvil privado que causa tanta violencia vial como los inadmisibles niveles de atropellos a peatones y ciclistas en nuestro Logroño para una ciudad de su tamaño, el «derecho» a ser provistos de espacio público infinito para el coche, la asociación unívoca coche=comercio en contra de toda lógica o la quimera del aparcamiento en la misma puerta, ya sea para ir a la escuela o para comprar, compitiendo en inferioridad de condiciones en el mismo modelo del gran centro comercial. Como siempre sucede en este tipo de procesos, serán ellos quienes presenten resistencias furibundas. Apocalípticas.

¡Como cudando se peatonalizó Portales y la Plaza del Mercado, que decían que la Calle Laurel se iba a hundir! ¿Volvemos a llenar de coches la plaza? El proceso es el mismo, y las reacciones, análogas, pero años después, la inmensa mayoría compartimos y disfrutamos lo beneficioso de los cambios.

Si es que algo hemos de aprender de lo que nos está pasando, interesémonos por comprender estas transformaciones y defendámoslas antes quienes antepondrán únicamente su propio egoísmo a cualquier mejora. Ya están reclamando mega-«aparcamientos amigables» para llenar la ciudad más aún de coches. Frente a su inmovilismo, l@s más jóvenes ya están incorporando otros usos que en Logroño pueden parecer nuevos, pero que en muchos otros lugares que han decidido apostar por una ciudad mejor no lo son. Lleva pasando desde el primer día que el programa «Calles Abiertas» comenzó a reequilibrar el espacio público para devolvernoslo a sus legítimos propietarios para que nos reapropiemos de el, las personas antes que los vehículos, porque tod@s podemos conducir o usar uno u otro medio en algún momento, pero de manera más equilibrada y racional, si es que algún mundo habitable pretendemos dejar para las generaciones que vienen detrás.

No hay planeta B y tampoco podemos volver atrás. Nos va, literalmente, la vida en ello.

¡Basta ya de décadas de mirar para otro lado y promesas vacías! Necesitamos más actuaciones valientes como las de movilidad sostenible que se empiezan a desarrollar para Logroño en respuesta a la emergencia climática, y las necesitamos ya!

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